En este post sobre Mindfulness, escrito por Reme Berrocal, exploramos cómo esta práctica de atención aumenta nuestra Salud y Bienestar. Con énfasis en la aceptación, la atención plena nos permite gestionar emociones, reducir el estrés y mejorar nuestra relación con el cuerpo.

Los beneficios físicos y mentales de esta disciplina se revelan a través de estudios contrastados y avances en neuroplasticidad, ofreciendo herramientas para el bienestar integral.

¿Qué es Mindfulness?

Mindfulness es una práctica continua de la atención encaminada a centrar nuestra mente en la experiencia que está sucediendo en el momento presente. Poner toda la atención en lo que ocurre aquí y ahora, algo aparentemente sin trascendencia, tiene enormes y contrastadas implicaciones en el bienestar, así como en el desarrollo de los recursos internos de la persona.

Cultivar actitudes como la aceptación, el no juicio, la mirada de principiante, aprender a soltar los pensamientos y patrones destructivos, confianza, distensión, paciencia, amor hacia uno o una misma y compasión, nos hacen relacionarnos con nuestra realidad interna y externa con mayor serenidad y claridad.

Enfocar toda nuestra energía y capacidades en el momento presente nos permite gestionar con mayor efectividad nuestras emociones evitando la ansiedad y el estrés. La práctica de Mindfulness mejora nuestras habilidades para la gestión de situaciones complejas en nuestra vida cotidiana permitiéndonos afrontarlas de una forma más consciente y menos reactiva.

Mindfulness y salud

Los avances tecnológicos permiten contrastar la importancia de tomar la responsabilidad de nuestra propia salud. Sabemos que cada pensamiento es una combinación química de hormonas que pasan al torrente sanguíneo y afectan a todo nuestro cuerpo. Sin darnos cuenta, con nuestro pensamiento estamos fortaleciendo o debilitando constantemente nuestro sistema inmunológico.

Disponemos de recursos internos que desconocemos y que a través de la práctica continuada de Mindfulness podemos restablecer en nosotros. Uno de ellos es nuestra respiración. Una respiración abdominal activa nuestro nervio vago (sistema nervioso parasimpático) que activa en nosotros la respuesta de “relajación confiada”, ayudándonos a recuperar una mayor perspectiva del momento.

Recuperar nuestra atención, nos lleva a una atención creativa. A través del “darnos cuenta” reconocemos y dejamos de alimentar nuestros programas psicocorporales destructivos. Aprendemos a “responder” serenamente ante los estímulos” y no a reaccionar.

Indagar y conocer los propios modelos mentales permite salir del modo “piloto automático” en que habitualmente vivimos, para disfrutar plenamente en el presente, relacionarnos adecuadamente con la experiencia que sucede, y dar respuestas de una manera más consciente, eficiente y eficaz.

A través de la introspección y la Meditación cultivamos “espacios internos” como la paciencia, el no juicio o la aceptación entre otros. Instalamos una mirada más amable hacia nosotros y nosotras mismas, quienes nos rodean y nuestra realidad.

Gracias a la “Neuroplasticidad” de nuestro cerebro son evidentes los beneficios neurológicos que se asocian al desarrollo de zonas cerebrales que aumentan la habilidad para manejar conflictos y ofrecer respuestas conscientes.

Beneficios (físicos y mentales) de la práctica continuada de Mindfulness y Atención Plena

• Menor estrés, ansiedad y depresión. Mayor afectividad positiva. Las personas que integran la experiencia Mindfulness en sus vidas reportan sentirse menos estresados, ansiosos y deprimidos. Más dichosos, inspirados, agradecidos, esperanzados, satisfechos y vitales.
  
  Las habilidades derivadas del entrenamiento en Mindfulness han demostrado ser eficientes en reducir significativamente la reincidencia de episodios depresivos en pacientes que habían recibido tratamiento para la depresión.

• Mayor sensación de bienestar La simple capacidad de estar momentáneamente centrado atento y en el presente está asociado con un mayor sentido del bienestar. Personas con mayor práctica de mindfulness tienen mayor capacidad de regular su sentido de bienestar en virtud de una mayor conciencia de sus emociones, un mayor entendimiento y aceptación y la habilidad de corregir o reparar estados de ánimo displacenteros. La capacidad de regular con habilidad el estado emocional interno puede traducirse en una buena salud mental en el largo plazo.

• Reduce la rumiación mental. Se reduce la rumiación, que es la aparición constante de pensamientos sobre un tema o problemática, sin poder evitar que aparezcan.
  
  
• Mayor concentración. Personas con entrenamiento en mindfulness aumentan su capacidad de sostener la atención en una sola tarea y suprimir información distractiva.
  
  
• Menor reactividad emocional. La meditación también activa la región del cerebro asociada con respuestas adaptativas a situaciones estresantes o negativas. La activación de esa región se corresponde también con una recuperación más veloz después de una provocación negativa, lo que sugiere una mayor capacidad para responder en situaciones conflictivas. 

• Mejora en las relaciones interpersonales El Mindfulness puede ayudar a protegerse frente a los efectos del estrés producido por conflictos en las relaciones. La capacidad de una persona de estar consciente puede predecir la satisfacción en una relación, entendido como la capacidad de responder bien al estrés relacional y la capacidad de comunicar sus propias emociones, además de estar correlacionado con la capacidad de expresarse verbalmente en diversas situaciones sociales y predice positivamente la satisfacción en las relaciones.
  
  
• Dolor Crónico La práctica de la Meditación Mindfulness ha demostrado que disminuye la experiencia del dolor. Además, se reducen las alteraciones en el humor y los síntomas psicológicos (incluyendo ansiedad y depresión). La utilización de medicación asociada al dolor es menor, y aumentan los niveles de actividad y de autoestima. 
  
  
• Fibromialgia y otras enfermedades El entrenamiento en Mindfulness resultó en una mejora significativa en las condiciones físicas y psicológicas y el área social.

¿A qué esperas para mejorar tu bienestar emocional y mental? 

Fuentes: 

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